
Estiró todos sus dedos para tocarla
adentro. El incendio fue grande.
La muchacha respira bocanadas de helio y
vuela con sus tetas de perlas marinas
por los pasillos de la casa. Hay silencios
en las sombras que la acechan para quitarle
los animales del pelo y dejarla calva
como una olla.
En verdad caperucita siempre buscó al lobo.
Las flores para la abuela eran la excusa para darle ventaja.
1 comentario:
maravilloso como todo vos ¡¡¡ gracias celes por traer tu poesia ¡¡¡
ojala pronto nos encontremos y jugemos con la spalabras como siempre ..
besos
nico
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