
Cuando se me cae un diente, él, en su transparencia de hombre santo
me cierra los ojos, acariciándolos, y lleno de entusiasmo
me lo vuelve a colocar con un clavito desinfectado.
Él está lleno de luces por dentro.
Su ser lámpara delira, centellea.
1 comentario:
Es Hermoso!!!, dice mucho más de lo que se lee...
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